Al contrario de lo que muchas mujeres creen, después de perder un bebé el cuerpo femenino todavía conserva información genética del feto; incluso, durante el embarazo se produce un intercambio de células entre la madre y el hijo que tienen una influencia positiva en el cuerpo de esta. Seguidamente, existen otros cambios y secuelas, la mayoría temporales, que experimenta la progenitora.
De la misma manera sucede tras el aborto, sin importar cuáles son sus causas, si es espontáneo o inducido, estos cambios son bastante comunes. De hecho, se estima que entre el 20 y el 25% de los embarazos terminan en pérdida. Asimismo, cuando se debe a causas espontáneas, la pérdida del proceso de gestación puede ocurrir dentro de las primeras 12 semanas, por tanto este periodo de tiempo es el más difícil.
Sin embargo, si tuviste un embarazo exitoso o no, debes saber que una parte de las células del bebé permanecerán en tu organismo por muchísimo tiempo e incluso, servirán para reconstruir tus órganos en caso de que lo necesites. Se trata de un fenómeno producido durante el proceso de gestación, cuyo nombre es microquimerismo fetal. A continuación, te dejamos más información al respecto.
¿Qué es el microquimerismo fetal?
Se entiende como microquimerismo a la presencia de células propias de una persona en otra, y se diferencian entre sí por su información genética. También conocido como microquimerismo feto- maternal, es un fenómeno que se da en seres humanos, generalmente en los mamíferos placentarios, donde las células del bebé migran al organismo de la madre a través de la placenta e incluso, llegan a conformar una progenie de células.
Este grupo de células permanecen en el cuerpo femenino durante varias décadas tras el parto o incluso, el aborto. Además, existen varias hipótesis alrededor del microquimerismo fetal, una de ellas lo relaciona con el desarrollo de enfermedades autoinmunes en mujeres de mediana edad y la otra, hace referencia a que las células provenientes del feto ayudan a reconstruir tejido enfermo o lesionado, al igual que actúan las células madre.
Por otro lado, existen estudios que deslindan la presencia de células fetales en el cuerpo de la gestante, de la actuación sobre su organismo. Es decir, el microquimerismo fetal es un proceso dual que puede ser en beneficio o perjuicio de la madre. Sin embargo, es un tema bastante amplio que amerita una investigación mucho más profunda en torno a la incidencia real de este fenómeno.
En todo caso, lo más seguro es que el microquimerismo fetal sea la explicación de la fuerte conexión existente entre madres e hijos y al mismo tiempo, una razón para comprender por qué el duelo de la mujer tras la pérdida de un embarazo, a veces, puede ser imposible de superar, sobre todo a nivel psicológico.
Desventajas del microquimerismo fetal
Una de las hipótesis que comentamos anteriormente se refiere a que, las células del feto que permanecen en el organismo femenino después del embarazo e incluso, tras un aborto inducido o involuntario, asocia esta enfermedad con diversas patologías del cuerpo humano, incluyendo:
- Esclerosis sistémica progresiva.
- Cirrosis biliar primaria.
- Síndrome de Sjögren.
- Lupus eritematoso sistémico.
- Enfermedad de tiroides.
- Cardiomiopatía perinatal.
- Miopatía inflamatoria idiopática juvenil.
- Erupciones polimórficas del embarazo.
No obstante, diversos estudios demuestran que la detección de células micro-quiméricas en el organismo de la mujer, no es suficiente para establecer una relación con respecto al desarrollo de enfermedades subyacentes. Incluso, es posible afirmar que se trata de un fenómeno presente también en cuerpos totalmente sanos, por lo que no es un factor que pueda afectar de alguna manera a la estructura que sirve para alojar las células micro quiméricas.
Seguidamente, el microquimerismo fetal ha sido relacionado con el desarrollo de cáncer; no obstante, existe la posibilidad de que las células fetales tengan un efecto positivo en este tipo de patologías. Todo esto considerando que, algunas mujeres embarazadas que han sido diagnosticadas con esta enfermedad han mostrado un organismo más resistente, con respecto al desarrollo de tumores.
Ventajas del microquimerismo fetal
Entre las oportunidades de albergar células fetales en tu organismo tras el embarazo e incluso, el aborto, se encuentra la posibilidad de obtener una recuperación mucho más rápida de capas lesionadas. Esto se debe a que, el microquimerismo fetal ha sido relacionado con el restablecimiento de los tejidos que se encuentran en el interior de la madre, incluyendo órganos vitales, procesos inflamatorios y lesiones
Por otro lado, la actuación beneficiosa de la presencia de células fetales en el interior de la madre puede explicarse mediante el proceso de cicatrización, el cual consta de tres fases: Inflamación, producción de células y restitución de tejidos, que está dirigido por la médula ósea encargada de identificar las células madre alojadas en su interior, que a su vez se reproducen y son utilizadas para reparar cualquier herida.
De hecho, los estudios más recientes relacionados con el microquimerismo fetal, van dirigidos a determinar cuál es su influencia real, esto en cuanto a la posibilidad de contrarrestar el avance de las células cancerosas dentro del organismo e incluso, incrementar las posibilidades de prevenir enfermedades cerebrales como el Alzehimer.
¿Cómo actúan las células madre pluripotentes en la inmunización del organismo?
Las células provenientes del proceso de desarrollo del bebé dentro del cuerpo de la gestante, también se conocen como células madre pluripotentes. Esto significa que se trata de unidades que aún no han determinado su función, por lo que pueden servir para cubrir cualquier necesidad de su entorno en el futuro. Indudablemente, esta es la manera que tiene la naturaleza de garantizar el bienestar de la mujer y por tanto del bebé, para llevar a feliz término el proceso de gestación.
Al mismo tiempo, existen investigaciones que han relacionado el microquimerismo fetal con la desaparición o mejoría de enfermedades relacionadas con el corazón, los riñones, el cerebro y el hígado, llegando a reparar al menos en un 96% todos los tejidos dañados dentro del organismo. Todo con el fin de asegurar la permanencia de la especie humana.
Por otra parte, hay varios órganos donde pueden ubicarse las células fetales que se despliegan durante el embarazo, entre estos se encuentran: el cerebro, las mamas y la glándula tiroides. Cada uno, relacionado con alguna función vital para el bebé, incluyendo: El vínculo afectivo necesario para el bienestar psicológico del feto, las glándulas mamarias encargadas de producir el alimento idóneo para el neonato y por último, la regulación de la temperatura y del metabolismo.
El embarazo y su influencia en el sistema inmune
El intercambio de células entre la madre y el bebé, también tiene una influencia positiva en el fortalecimiento del sistema inmune. En este caso, la información genética que se desprende del niño es adoptada por el organismo materno como su igual, pero como una característica diferente, considerando la interferencia del código genético que aporta el padre.
Este hecho, promueve el estado de alerta dentro del cuerpo en general, lo que contribuye a detectar células extrañas, o que se diferencian de las propias de alguna manera. Esto implica una identificación oportuna de las células dañadas por enfermedades como el cáncer, que aunque son similares, tienen mutaciones genéticas malignas.
¿Cómo interfieren las células maternas en el organismo del bebé?
Al hacer un intercambio de información genética durante el proceso de microquimerismo fetal, la madre también aporta células al organismo del bebé y éstas, intentan proteger al neonato. Por ejemplo, algunos estudios realizados por el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson demostraron que, esta información genética proveniente de la gestante actúa sobre el tejido dañado, en el páncreas de niños con diabetes.
Indudablemente, todos estos datos explican la conexión tan fuerte existente entre las madres y sus hijos. De hecho, se podría entender el microquimerismo fetal como la forma en la que la naturaleza garantiza la supervivencia de la mamá para resguardar al bebé. Igualmente, al entender el aborto espontáneo o inducido como un parto prematuro, estas células permanecen en el cuerpo materno.
Otros cambios físicos asociados al embarazo
El microquimerismo fetal es un cambio físico casi imperceptible que experimentan las mujeres en estado de gestación, sin embargo existen otras transformaciones que, sin duda, son mucho más fáciles de percibir a medida que transcurre el tiempo. A continuación, mencionaremos algunas:
Primer trimestre
Las primeras señales de que una mujer está embarazada pueden ser similares a las que se experimentan durante la menstruación, por ejemplo: agotamiento físico, tensión mamaria, somnolencia, cólicos o puntadas uterinas, sentido del gusto alterado, aumento de la secreción vaginal, sensibilidad al percibir olores y desagrado por algunos alimentos.
Asimismo, a partir de la cuarta semana de gestación aparecen las náuseas y los mareos; además, ocurre una mayor producción de saliva, inflamación generalizada, aumento de las ganas de orinar y humor inestable.
Luego, entre las semanas 8 y 12, desaparecen las náuseas y la falta de apetito; pero, aparece la acidez y un poco de ardor en el estómago. Simultáneamente, algunas mujeres embarazadas presentan inflamación en la cavidad bucal, que se manifiesta con sangrado en las encías. Lo mejor para mantener la fluidez en cuanto a la circulación sanguínea y disminuir la retención de líquidos en este período, es utilizar ropa cómoda y holgada.
Segundo trimestre
Al finalizar las 12 semanas de embarazo, los pezones lucirán más grandes y oscuros. También, algunas mujeres en estado de gravidez presentan una línea oscura en el abdomen y es común que aparezcan manchas en la piel, que puedes evitar utilizando protector solar diariamente. De igual manera, es posible tener dificultades para ir al baño, debido al peso del útero sobre el estómago.
Luego, a partir del quinto mes de gestación incrementa el ritmo cardíaco, la temperatura corporal sube y comenzarás a sentir al bebé dentro del útero, aumenta la producción de vello corporal y persiste la retención de líquidos. En el mes 6, puedes sentir picazón en el abdomen debido a la necesidad del organismo de estirar la piel para albergar al bebé, aparece la sensibilidad en los pezones, se ensancha la pelvis y el número de micciones al día crece.
Tercer trimestre
En el último trimestre del embarazo, el vientre ha crecido bastante y la mujer en estado de gestación puede sentir dolor de espaldas, dificultades para conciliar el sueño, es posible que aparezcan problemas para respirar y continúa en ritmo cardíaco acelerado. A partir de las 32 semanas de gestación, el bebé comienza a prepararse para salir del útero, lo que provoca dolores abdominales y contracciones, se hace más lento el proceso digestivo.
Finalmente, en el noveno mes de embarazo, la cabeza del bebé se ubica en medio de la pelvis, aumenta la frecuencia de las ganas de orinar y los dolores de parto pueden comenzar en cualquier momento. En este punto, ya tendrás que estar preparada con todo lo necesario para traer al mundo una nueva vida.
Cambios físicos asociados al aborto
Indudablemente, un embarazo tiene un montón de dificultades, a nivel físico y económico, que pueden transformar tu vida, si no estás preparada para enfrentarlo. Sin embargo, el aborto no se queda atrás. En consecuencia, si estás pensando en suspender el proceso de gestación con pastillas de misoprostol, existen algunos cambios físicos asociados a esta práctica que debes conocer, estos son:
- Sangrado vaginal, que irá disminuyendo con el pasar del tiempo.
- Cólicos abdominales, que pueden aparecer junto al sangrado o de manera individual.
- Dolor de espaldas.
- Expulsión de coágulos de sangre, o restos del embrión.
Aún cuando se trata de transformaciones a nivel corporal que puedes superar en poco tiempo, tras tener un aborto inducido con pastillas o involuntario, las secuelas psicológicas pueden ser un poco más complicadas de afrontar. Esto puede tomarte meses y, necesitarás atención profesional para seguir con tu vida.
Por otra parte, como norma general, debes prestar atención a otros síntomas físicos del aborto, como: hemorragia persistente, fiebre alta, secreción vaginal fétida y dolor abdominal constante. Si presentas alguna de estas condiciones, visita al médico de inmediato. Finalmente, tras un aborto inducido o espontáneo, debes acudir al ginecólogo para constatar que el útero ha quedado desprovisto de residuos, que luego puedan convertirse en complicaciones graves.